Si estás medianamente introducido en el mundo de la cosmética, seguramente habrás escuchado hablar sobre el ácido hialurónico, una de las sustancias más importantes de esta industria en los últimos años.
Este componente, que se encuentra presente naturalmente en nuestro metabolismo, sobre todo en la piel, se va reduciendo en su volumen a medida que pasa el tiempo, por lo que se debe reproducir de alguna forma para que podamos seguir luciendo un aspecto juvenil.
Para que se comprenda mejor: la aplicación de ácido hialurónico es imprescindible si queremos que nuestra apariencia sea la de alguien más joven, un complemento indispensable a otras acciones clave, como por ejemplo alimentarnos saludablemente, no fumar ni beber alcohol y realizar actividad física frecuentemente.
Beneficios del ácido hialurónico
Queda claro entonces: el aprovechamiento del ácido hialurónico supone diferentes ventajas para el paciente, ya que es capaz de formar la matriz extracelular, una especie de recubrimiento gelatinoso que facilita el movimiento de las células y, por si eso fuera poco, actúa a modo de lubricante para articulaciones y huesos.
Es justamente debido a estas propiedades que la estética empezó a emplear desde hace mucho el ácido hialurónico, sobre todo en lo que respecta al rejuvenecimiento facial, como relleno para las arrugas y corrección de la poca luminosidad de los tejidos de la piel que comienzan a sufrir la flacidez a medida que envejecemos, etc.
El ácido hialurónico se inyecta debajo de la piel como un gel, combatiendo los signos típicos de la edad en esas zonas donde hay pliegues y las arrugas se vuelven más notables. De más está decir que, al ser una sustancia biológica que se encuentra en nuestro cuerpo, es 100% natural.
Tratamientos habituales con ácido hialurónico
Si bien las terapias con este componente son varias, tanto medicinales como puramente estéticas, por lo general se usa para el relleno de esos huecos en la piel donde se nos marcan las arrugas. Gracias a su poder como hidratante y reafirmante, es un aliado infalible en estos tratamientos faciales y corporales.
El ácido hialurónico inyectable (el más popular) es el que se utiliza precisamente para el relleno, a través de unas microagujas de máxima exactitud, un proceso que debe realizarse por un profesional en la materia, un experto especializado en estos tipos de tratamientos que requieren conocimiento y cierta destreza.
En el rostro, como crema
Tales técnicas son muy aconsejables para el rostro, revitalizándolo y reduciendo las imperfecciones. Por eso son muchas las cremas tópicas que incluyen el ácido hialurónico entre sus ingredientes.
Contra el deterioro, inyectable
Sin embargo, las estadísticas indican que la mayor parte del público que recurre al ácido hialurónico lo hace en su formato inyectable, ya sea con fines de belleza como puramente de salud. – Más información.